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El Espanyol sumó su quinto triunfo en el RCDE Stadium ante un Villarreal (3-1) que prácticamente solo apareció en el gol de Ekambi en el minuto 45 y que estuvo a merced de la mayor intensidad y hambre del anfitrión, que se adelantó a los siete minutos y remató tras el descanso.
El cuadro blanquiazul exhibió un buen fútbol, ofensivo y combinativo, mientras que el rival, con mayor desgaste, se atascó en demasiados tramos. Hernán Pérez estrenó el marcador, Darder deshizo el empate en el minuto 79 y Piatti, ya en el tiempo añadido, puso el broche de oro a una gran tarde para los aficionados pericos.
Borja Iglesias disfrutó de la primera ocasión del partido a los 50 segundos. El delantero controló el balón muy cerca del área pequeña y cayó al césped tras la marca de los centrales: pidió penalti, pero el árbitro no lo concedió. A los dos minutos tuvo otro uno contra uno, pero su disparo fue directo al portero.
El inicio del anfitrión fue vertiginoso y sin florituras: buscaba aprovechar el desgaste semanal del Villarreal y marcar el primero. Los de Calleja, que solo se habían acercado de con una falta directa, tenían problemas para contener la avalancha. La defensa amarilla, finalmente, se rompió a los siete minutos.
Hernán Pérez rompió el encuentro
Borja Iglesias robó el balón, recortó a su central y asistió a Hernán Pérez, que corría por su izquierda. El paraguayo picó el balón y hundió el ‘submarino’ (1-0). El Espanyol firmó un monólogo con las ocasiones de Granero y, sobre todo, Borja Iglesias, con facilidad para llegar al área, pero sin acierto en los disparos.
Los locales perdonaban demasiado, aunque el Villarreal no hacía méritos para empatar. Los amarillos estaban espesos y sin ideas, muy permisivos en defensa. Los de Rubi entraban a la zona de peligro como querían, por las bandas o directamente por el centro: el partido era suyo.