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Un club tan histórico Real Murcia se tambalea institucionalmente. Tanto es así que la plantilla, que pelea por ascender a Segunda División, decidió plantarse durante medio minuto en el inicio de su partido contra el Talavera. Fue ante los 8.000 espectadores que reclamaban, como los futbolistas, que Víctor Gálvez, su presidente, abone las nóminas pendientes. Los jugadores del conjunto visitante respetaron la decisión de su rival y no atacaron la portería de los locales.
Las fechas prometidas se incumplieron y el equipo no ha cobrado aún esta temporada. Es más, algunos empleados de la entidad acumulan medio año de mensualidades sin cobrar. Gálvez, lejos de sonrojarse, se marchó del palco saludando al público de forma irónica. Una muestra más de que el fútbol esconde graves problemas para muchos profesionales de categorias inferiores.
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La manifestación convocada por la peñas del Real Murcia, y en la que una pancarta gigante rezaba: «Gracias por hacernos sentir vergüenza» había acabado con el mismo Gálvez, con más diversión que preocupación, asomado al balcón y provocando a los aficionados tocándose la cara y haciendo gestos como que se marchaba de la entidad. Finalmente el equipo local se ha llevado la victoria por 1-0 con un gol de Maestre en el minuto 17 de juego.
La suma de problemas no para
Cabe recordar que el Real Murcia, con unos 50 millones de deuda, está inmerso en una ampliación de capital a la que pretendía acudir Gálvez y en la que se escudaba para no pagar las nóminas ya que la propiedad del club está en entredicho por un posible fraude de venta doble de Raúl Moro a Mauricio García De la Vega (al que el TAS reconoce como legítimo propietario pero que no puede gestionar el club) y posteriormente al actual presidente Víctor Gálvez. La historia del Murcia, merece tener otra cara.